De bocetos a joyas que cuentan historias
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Todo comenzó con un estudiante curioso y soñador, dibujando sin parar en las esquinas de sus apuntes escolares. A los 16 años, descubrí casi por casualidad una pasión que cambiaría mi vida: el dibujo. Empecé con formas simples, figuras geométricas y trazos intuitivos que, sin saberlo, estaban sentando las bases de una técnica propia. Inspirado por los mandalas, creé un estilo único, lleno de precisión y alma.
Con el tiempo, mis dibujos evolucionaron. Los detalles se hicieron más intrincados, los diseños más cautivadores. Fue entonces cuando decidí compartir mi arte en redes sociales, adaptándolo a escudos de fútbol y diseños virales que atrajeron miles de seguidores. Pero algo faltaba: los mandalas, mi esencia, quedaron temporalmente en pausa.
Todo cambió a los 18 años, cuando empecé a trabajar en un taller de joyería. Allí descubrí que podía dar forma física a mis diseños, convertir mis dibujos en piezas tangibles y únicas. Redescubrí mis mandalas, pero esta vez con materiales, texturas y colores que les dieron nueva vida. Tras meses de pruebas y experimentación, nació algo extraordinario: joyas que no solo decoran, sino que cuentan una historia.
Hoy, mi marca g7even es la unión perfecta entre el arte del dibujo y la joyería. Cada pieza, disponible en múltiples colores, está diseñada con precisión y pasión, reflejando mi esencia y el camino recorrido. Pero esto es solo el principio. Cada día sigo creando, soñando y perfeccionando, porque mi meta es clara: compartir mi arte con el mundo.
Te invito a descubrir g7even: joyas que transforman un simple trazo en algo extraordinario
Con el tiempo, mis dibujos evolucionaron. Los detalles se hicieron más intrincados, los diseños más cautivadores. Fue entonces cuando decidí compartir mi arte en redes sociales, adaptándolo a escudos de fútbol y diseños virales que atrajeron miles de seguidores. Pero algo faltaba: los mandalas, mi esencia, quedaron temporalmente en pausa.
Todo cambió a los 18 años, cuando empecé a trabajar en un taller de joyería. Allí descubrí que podía dar forma física a mis diseños, convertir mis dibujos en piezas tangibles y únicas. Redescubrí mis mandalas, pero esta vez con materiales, texturas y colores que les dieron nueva vida. Tras meses de pruebas y experimentación, nació algo extraordinario: joyas que no solo decoran, sino que cuentan una historia.
Hoy, mi marca g7even es la unión perfecta entre el arte del dibujo y la joyería. Cada pieza, disponible en múltiples colores, está diseñada con precisión y pasión, reflejando mi esencia y el camino recorrido. Pero esto es solo el principio. Cada día sigo creando, soñando y perfeccionando, porque mi meta es clara: compartir mi arte con el mundo.
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